Que actualmente la población mundial está creciendo de manera exponencial es una verdad incuestionable. La lógica indica que este drástico aumento poblacional conducirá, en un futuro cercano, a un incremento en la demanda de recursos, alimentos y viviendas. Según la ONU, Para el año 2100 la cifra de 7.600 millones de habitantes del planeta Tierra se incrementará notablemente, alcanzando el valor de 11.200 millones.
Estos valores nos permiten intuir que en el futuro existirán nuevos requerimientos habitacionales, donde la necesidad de alojar a una gran cantidad de personas se convertirá en un problema de urgencia. Esta situación deberá acompañarse con un cambio del sistema doméstico actual, abandonando los modelos obsoletos e innovando para dar respuesta a este problema de escala mundial.
En los últimos cincuenta años, el tamaño de los apartamentos ha ido disminuyendo notablemente, dando paso a nuevas tendencias de espacios mínimos, eficientes y asequibles, especialmente en circunstancias urbanas. De hecho, esto también se ha dado de manera conjunta con una nueva tendencia que marca un descenso en las tasas de fecundidad a nivel mundial.
Por otra parte, en los países desarrollados la esperanza media de vida se ha ampliado, generando que menos hogares se encuentren disponibles e incrementando la demanda de nuevas construcciones que permitan acomodar a un mayor número de habitantes. Los nuevos requisitos de vivienda derivados del rápido crecimiento poblacional se pueden visualizar en las crecientes solicitudes de nuevas residencias destinadas a una o dos personas. Se cree que, en un promedio aproximado, necesitaremos más de dos mil millones de viviendas para finales del siglo XXI, lo cual pondrá en crisis la cuestiones relacionadas a la disponibilidad de materiales por la masividad de las demandas.
Un factor a menudo olvidado son las migraciones, donde cada vez son más los habitantes en cualidad de refugiados que se desplazan debido a desastres naturales y guerras, demandando nuevas viviendas. Estas situaciones inesperadas requerirán de cambios drásticos en el paradigma existente.
Las búsquedas de soluciones alternativas han dado lugar a nuevas estrategias en materia de vivienda, en un intento por agilizar los procedimientos constructivos. Los sistemas prefabricados y la producción en el exterior han generado el desarrollo de un nuevo mercado en auge que, creciendo rápidamente a lo largo de los años ha acelerado los procesos de construcción. Sin embargo, este método aún tiene muchas limitaciones a nivel logístico, distando de ser sencillo y fiable pues requiere de personal capacitado tanto en el período de preparación como en el de instalación.
En cuanto al desarrollo material, las investigaciones actuales se enfocan en la búsqueda de una máxima eficiencia y sostenibilidad. Las políticas y estrategias deben colaborar en la regulación y gestión del uso de los suministros constructivos para evitar futuros problemas de disponibilidad y precios. De hecho se cree que los nuevos edificios que se están construyendo deberían poder garantizar su reutilización a futuro.
Noticia via The Conversation.
